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Después de muchos años, la paciencia de esta milf francesa se ha agotado y ha decidido ponerle los cuernos a su marido. La señora lo hace con un jovencito, que decide llevársela a un edificio en obras para evitar que nadie pueda pillarles. No es el lugar más romántico del mundo, pero pronto se olvida de todo y disfruta de sus pollazos que perforan su coño y también su culito experimentado.