0 visitas
Lo que empezó como una conversación cachonda con la gorda esposa de mi colega, acabó convirtiéndose en una invitación de la chica para que fuese a su casa a follar con ella. Me dijo que estaba sola y me mandó una foto de su culazo, así que fui corriendo a su encuentro para darle duro. Poco me importó mi amistad, ya que esa brasileña entrada en carnes me puso a cien y sentí la necesidad de meterle la polla.