Un taxista me ofreció viaje gratis a cambio de echarme un polvo

0 visitas
0%

Desde el primer momento en el que me subí al asiento de atrás, noté como el taxista me miraba y flirteaba conmigo. Parecía tener mucho interés y poco a poco fuimos cogiendo confianza, tanta como alcanzar un trato muy especial. Se ve que tenía ganas de probar mis pechotes y a cambio de no cobrarme nada, quería poder llevárselos a la boca y acariciarlos con sus manos. No solo le dejé hacerlo, sino que terminé con mis leggings rotos, hasta acabar follada a fondo y cubierta de lefa por toda mi carita.