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Una mañana tras quedarme solo con mi hermanastra en casa, los dos decidimos hacer algo que quisimos guardar en secreto. Nos fuimos a la cama de matrimonio de nuestros padres y acabamos haciendo guarradas, empezando por gozar de unas mamadas bajo las sábanas. Luego ella se quitó la ropa y lentamente, empezó a cabalgar mi polla, hasta terminar a cuatro patas y no poder evitar bañar de lefa su culito.
